miércoles, 8 de enero de 2025

De Paradoxa et Fascinatione

 


 



 

Proemium

 En el misterioso camino de la sapientia, donde razón y misterio convergen, surge el arte paradojal, una vía oculta y poderosa que despierta la mente y ensimisma el espíritu. Tal arte, ignorado por el scientia mundano, es la clave del poder del bruxus, quien ve en la paradoja no un obstáculo, sino un instrumento de dominio.


I. De Natura Paradoxae
La paradoja es un excitatio logica, un estallido en el intelecto que supera los límites de lo binario. Donde el filósofo del camino aristotélico afirma que lo verdadero y lo falso se excluyen mutuamente, el bruxus contempla un tertium datur: el reino de lo paradojal. Aquí, la mente no encuentra reposo, sino un torbellino de infinitud y potencia, como un infinitum absconditum que reclama ser explorado.

La contradicción (contradictio) es una forma de anulación, pues encierra en un solo acto una cosa y su contraria, anulándolas mutuamente. La paradoja, en cambio, trasciende: despliega sus contrarios en dos, tres o más actos, generando una relatio infinita que cautiva y fascina.

Exemplum:
(i) Proxima propositio est vera.
(ii) Praecedens propositio est falsa.

En este juego de actos sucesivos, el intelecto se lanza una y otra vez al abismo de lo irresoluble, intuyendo que en algún lugar habita la verdad velada, pero siempre esquiva.


II. De Fascinatione Paradoxae
La paradoja, más que un enigma, es un mito lógico, un eco del absoluto. Fascina porque revela una intuición de aeternitas, de lo infinito y lo eterno. Inducir al alma en el estado de confusión paradojal es llevarla a un estado de ensimismatio activa, donde el fascinatus queda atrapado en un vórtice intelectual, inmóvil pero electrizado.

El bruxus, maestro en este arte, distingue su senda de la del hombre de ciencia. El último busca certeza; el primero, poder. Para el scientificus, la paradoja es un error. Para el bruxus, es una llave dorada al potentia absoluta.


III. Paradoxa et Contradictio
Aunque la paradoja y la contradicción comparten una relación de contrarios, su diferencia esencial radica en la cantidad de actos que abarcan. En la contradictio, una cosa y su opuesto coexisten en un único acto, llevando a la nulidad inmediata. La paradoxa, en cambio, permite una expansión del intelecto al desplegarse en múltiples actos.

Exempla magna:

  • Medicus, cura te ipsum.
  • Nihil magis cogitatum quam ipsum cogitatio.
  • Si veritatem dicis, mentiris.
  • Cælum illud caeruleum quod vides, nec caelum nec caeruleum est.

Estos dichos resuenan como profundidades insondables. El lector, fascinado, retorna una y otra vez, sintiendo en ellos la promesa de un tesoro oculto para encontrarse una y otra vez ad infinitum con nada.


IV. Ars Fascinationis
Dominar la paradoja es dominar la mente. Quien maneja este arte maneja la voluntad de otros, pues paradoxa est porta potentiae. El bruxus, al inducir la paradoja, guía al neófito hacia el umbral de un nuevo conocimiento, pero también hacia la servidumbre de su voluntad.

Conclusio
Así, la paradoja, en su estructura lógica y su impacto espiritual, es el instrumento supremo del arte ocultista. Mientras el scientificus la rechaza como error, el bruxus la abraza como camino iniciático. La paradoja no destruye; abre puertas. La fascinación no engaña; revela infinitudes. Y en estas profundidades, el iniciado encuentra su verdadera fuerza.

 


Magister Arcana