domingo, 16 de febrero de 2025

Paco y Manolo sobre el silogismo

 

Manolo: Oye, Paco, que el otro día me contaste eso de… ¿cómo era? ¿Silogismo? Me quedé pensando, pero no pillé mucho.

Paco: ¿El silogismo? Ah, sí, hombre. Es más fácil de lo que parece, tú verás. Mira, es como… una forma de pensar, ¿sabes? De sacar una cosa de otra.

Manolo: ¿Sacar una cosa de otra? A ver si me entero.

Paco: Piénsalo así: tú me das dos cosas que damos por buenas, ¿vale? Y yo te digo qué se saca de ahí.

Manolo: ¿Dos cosas buenas? ¿Como cuáles?

Paco: Venga, inventemos… A ver… “Todo perro ladra”, ¿vale? Esa es la primera. Como si fuera verdad, aunque no lo sea del todo, pero tú sígueme la corriente.

Manolo: “Todo perro ladra”… Vale, vale. Entendido.

Paco: Y la segunda cosa buena… “Mi perro es un perro”. Eso sí que es verdad, ¿no? Tu perro es perro, seguro.

Manolo: ¡Claro, faltaría más! Rocco es un perro con todas las letras.

Paco: Pues ya está. Si “todo perro ladra” y “tu perro es un perro”, ¿qué sacamos de ahí?

Manolo: Mmm… Déjame pensar… ¿Qué Rocco ladra?

Paco: ¡Eso es! ¡Olé tú! “Rocco ladra”. Eso es un silogismo, Manolo. Has hecho uno sin darte cuenta.

Manolo: ¿En serio? ¿Eso era todo? Pensaba que era más chungo.

Paco: Es que no tiene más misterio. El silogismo es eso: si tú me das dos cosas que tomamos como ciertas, pues sale otra cosa, ¡por lógica!

Manolo: Pero… ¿si la primera cosa no es cierta de verdad? Eso de “todo perro ladra”… yo creo que hay perros que no ladran, ¿no? O que ladran poco…

Paco: A ver, Manolo, que te me vas por las ramas. Da igual si “todo perro ladra” es verdad de verdad o no. Para el silogismo da igual. Lo importante es que nosotros lo tomemos como si fuera verdad, aquí, en nuestra cabeza. ¿Me sigues?

Manolo: O sea, que aunque sepamos que no es del todo verdad, lo fingimos un poco…

Paco: ¡Eso mismo! Lo “fingimos” un poco, lo “damos por bueno”, lo “aceptamos”, como quieras llamarlo. Y la segunda igual, “tu perro es un perro”, lo damos por bueno. Y solo si damos por buenas esas dos cosas, entonces sale lo de “Rocco ladra”.

Manolo: A ver si me aclaro… Que el silogismo no nos dice si las cosas son verdad de verdad en la calle…

Paco: ¡Exacto! El silogismo no va de decir verdades como puños. Va de… ¿cómo decirlo? De ver qué pasa si damos por buenas ciertas cosas. Es como un juego, ¿sabes? Un juego de pensar.

Manolo: Como si jugáramos a que “todo perro ladra”, aunque no sea verdad…

Paco: ¡Eso! Jugamos a eso, y jugamos a que “tu perro es un perro”. Y si jugamos a esas dos cosas, pues la jugada lógica es que “Rocco ladra”. Es la consecuencia, lo que sale sí o sí.

Manolo: O sea, que el silogismo no es una máquina de hacer verdades…

Paco: ¡No, hombre! No te esperes que te dé la verdad de la vida. Es una herramienta para pensar, para ver qué se sigue de unas ideas, si las tomamos como punto de partida. Si las ideas de partida son chungas, pues la salida será chunga también, aunque el silogismo funcione bien, ¿entiendes?

Manolo: Creo que sí… Es como… si el silogismo es el camino, y las ideas de partida son dónde empiezas a caminar. Si empiezas en un sitio malo, aunque el camino esté bien hecho, no vas a llegar a un sitio bueno…

Paco: ¡Perfecto, Manolo! Lo has pillado al vuelo. El silogismo es el camino lógico, pero necesitas buenas ideas de partida para llegar a conclusiones que valgan la pena. Y si las ideas de partida son un lío, o una mentira… pues el silogismo te puede llevar a cualquier parte, incluso a tonterías.

Manolo: ¡Anda, Paco! Pues mira que parecía complicado eso del silogismo, y al final…

Paco: Al final es darle al coco un poco, Manolo. Y entender que la lógica es una herramienta, como un martillo o una llave inglesa. Sirve para ciertas cosas, pero no hace milagros.

(Paco y Manolo se ríen, terminan las pipas, y siguen disfrutando del sol de la tarde, ahora con una idea un poco más clara de qué es eso del silogismo.)