Leo 'Los Ordenes del Amor' de Hellinger y a menudo lo encuentro irreflexivo en sus respuestas, además de antipático muchas otras veces.
Entiendo que es una etapa y reconozco que no tengo derecho a la crítica desde la autoridad, sino que apelo a la idea de falsabilidad de Karl Popper, si no puedo hacer observaciones o críticas lo que obtengo es un ídolo, intocable, irreprochable y, en ese aspecto, de un ídolo solo se obtiene un dogma, no un conocimiento.
Los ordenes del alma no se entienden desde el raciocinio, ni sus voces tampoco, requieren un tiempo, bajar un cambio, sincronizar con el alma, sumergirse en ella.
Es necesariamente un tiempo distinto del ordinario, pues la densidad temporal de las almas es variada y la lógica del alma no es la lógica aristotélica, no siguen un silogismo, no son objetivas, no tienen una causa única ni siguen un único destino.
Responder a un problema de forma automática partiendo de un conocimiento adquirido es responder con el raciocinio, con el alma racional que no es el alma fascinada
Solo el alma fascinada conecta con otras almas y el alma fascinada solo se da en el estado de fascinación.