sábado, 19 de noviembre de 2016

El pobre y el mísero

Es necesario distinguir al pobre del mísero, el pobre tiene una relación circunstancial con la pobreza, de la que desea salir. El mísero en cambio tiene una relación idealizada de la pobreza, de la que no quiere salir porque se encierra en una contradicción

Sin dudas que hay particularidades, pero generalizando díría que entendida como una cultura es aquella donde las pulsiones vitales han tomado un sentido inverso. Es una muerte lenta, no un suicidio donde la muerte es un impulso de matar, sino la ausencia del deseo vital.

La cultura es una donde el discurso, la dialética, es un émulo de la vital: lo ideal, lo virtuoso es una justificación del propio abandono. El miserable se ve a si mismo como un idealista, ve a su pobreza como una elección socrática, su falta de techo como una apología de la libertad y su locura como poesía. Pero no es libre de abandonar su estado y allí radica su contradicción, en que no es un estado elegido, sino que ha llegado allí por causas como el alcohol, las drogas o la depresión.

Una persona 'normal' cae en un estado de pobreza o depresión y el impulso vital lo saca del sufrimiento, un mísero tan pronto cae comienza un proceso de negación y justificación que lo llevará a una muerte no tanto física como mental.