miércoles, 9 de noviembre de 2016

Tres relatos muy breves.

El mago no miente.
El niño estaba azorado mirando al mago, al punto que finalmente le confesó que el no creía que aquello fuera solo ilusión, que la unica forma era con poderes mentales.
El mago le dijo que todo era solo ilusión, que la magia verdadera no existe.

Tras unos segundos, el mago, tras asegurarse que nadie los estuviera viendo, le guiño un ojo.
El chico sonrió.

Ni el mago mintió ni se murió la magia.

El mago es buenagente
Cierta mujer recibió en sus manos los estigmas de Jesucristo y curaba personas en su casa.
Varios investigadores se dispusieron a develar el fraude.
La mujer les dijo entonces que eran bienvenidos y que ella no pondría ni oposicion ni lugar de la casa que no pudieran revisar.

Los investigadores llegaron y revisaron todo, finalmente solo quedaba una pequeña habitación donde sospechaba que se cocinaba el fraude.
La habitación estaba sin llave, pero repleta hasta el techo de alimentos y ropa que los seguidores de la mujer recolectaban para los pobres y que la misma mujer estigmatizada llevaba a los barrios.

Finalmente los investigadores cerraron la puerta y se retiraron sin pronunciar palabras

Una de masones
El masón mas importante de inglaterra, alguien de la nobleza y reconocido benefactor, solo lo fue por un día, le parecio todo tan absurdo que jamás volvió.
Solo un día, suficiente para que los masones lo apunten entre sus miembros mas destacados.

fraude y supercheria la hacen los malos magos, eso es cierto, un buen mago sabe defender su acto.