jueves, 7 de abril de 2022

El cielo prometido

 La religión promete el cielo al hombre que cumple los mandatos.

Pero el creyente parece que sufre porque ese cielo, adonde van sus muertos, es infinitamente inaccesible.
Así que el premio al muerto más parece un castigo al vivo.

Yo hablo como humano y los humanos vivos nos comunicamos con los humanos muertos desde el principio de la humanidad, antes de que las religiones se inventaran cielos de premio e infiernos de castigo.

Me da tristeza ver que el 'cielo prometido' sea un castigo perfecto, porque a la final penan más los vivos que los muertos.

Cuando un humano amado muere yo muero un poco con él y él vive un poco conmigo, porque el amor es una realidad sobrenatural que nos contiene a ambos, es nuestro propio 'cielo' donde estar juntos.