domingo, 24 de julio de 2016

¿Porque no consagra tu mujer?

El dios de la humanidad, el dios que es todos los humanos mas ninguno en particular.
habló un día tras un largo silencio de miles de años.

Para lo cual sentó a algunos de sus hijos varones
y les preguntó.

- Hijos míos, hace ya un tiempo largo que los veo consagrar ¿A quien consagran?.

- Al dios de nuestro ancestro Abraham

- Pero..¿porque no consagran también sus esposas, sus madres, sus hermanas, sus hijas?, ¿Porque no consagra la Mujer?

- Le está vedado, dijo uno de ellos.

- ¿Vedado?, cuestionó (no sin sorpresa) el dios del hombre, el que es todos los humanos mas ninguno en particular..

¿Y quien le ha vedado el consagrar?

- Es así desde los tiempos de nuestro ancestro Abraham.

- ¿Y ese dios, el dios de Abraham, lo prohibe?

- No lo prohibe, simplemente desde que se dirigió a ella para expulsarla del Edén no le ha dirigido su palabra, sino por interpósitas entidades y con ello le ha negado la dignidad que otorga la palabra, la dignidad de mediar entre dios y los hombres, la dignidad sacerdotal.

- Hijos míos, ¿y como habeis aceptado ustedes que un nombre de dios se niegue a hablar con vuestras compañeras, negandoles en ese acto la dignidad que otorga la palabra?.

¿Como ha sido posible que ustedes, varones, no reclamen para sus mujeres la misma dignidad que les fue dada ?

¿Realmente han creído que es un dios del hombre verdadeo alguien que reconoce como sus interlocutotres a solo una parte de la humanidad y que margina y segrega a la otra?.

Tras estas palabras los sucesores de Abraham, que eran tres, cada uno de los cuales es padre de una religión, guardaron silencio.

Hijos, esto haré.

En reconocimiento a vuestras ofrendas sus cultos seguiran muchos siglos mas, pero por su error se empequeñeceran tanto como pequeña hayan considerado a la mujer.

Ataré las lenguas de la vieja casta sacerdotal y sus arrogantes palabras parecerán balbuceos de niño.

Ya mismo poned mujeres a consagrar, sin ninguna atadura, ellas hallaran aquellas palabras mías que ustedes han ocultado.

Un siglo nuevo daré a la humanidad, en el estarán todos y se veran los rostros vivos y muertos y todos los seres grandes y pequeños del firmamento, mas ese siglo no será hasta tanto vea a sus mujeres elevar los brazos en signo de consagración.

Así será.