martes, 19 de mayo de 2015



Creo enormemente en la magia y en el mago; en la capacidad de, en un mínimo acto, cambiar el rumbo de los acontecimientos, en la posibilidad de dejar una huella sin mover un dedo, de generar sucesos imborrables o de crear mundos sobre los espacios vacíos. Un momento mágico es un momento que cobra vida propia para hacerse un lugar en la historia. Una palabra mágica hace que el mundo empiece a girar para otro lado. Pensar mágicamente es, donde otros ven solo cosas, ver las relaciones entre las cosas y disponerlas, modificarlas, intervenirlas para generar nuevos sucesos y nuevas relaciones.